domingo, 1 de diciembre de 2013

Cádiz, una plaza de vida breve

Lleno en la plaza de toros de Cádiz en los años sesenta del siglo pasado
La plaza de toros de Cádiz nació a los seis años de edad, pues fue muy laborioso el parto. En 1923 comenzaron unas obras que no terminarían hasta 1930, pero en 1929, con ocasión de las fiestas mayores de Corpus, se inauguró la plaza, tal día como hoy. 

Desde noviembre de 1914 no se daban toros en la ciudad, quince años sin lidia que se hicieron interminables para los aficionados gaditanos y para el pequeño comercio y burguesía local, que reclamaban lo que entonces se consideraba un edificio necesario para la prosperidad de la ciudad. Fue la clase burguesa local, comerciantes y pequeños industriales, quienes promovieron la Sociedad de la Plaza de Toros S.A. para la construcción de la plaza. Se mantiene que la plaza era obra del pueblo y esto no era así. Basta ver las listas de accionistas publicadas en Diario de Cádiz para comprobar que los estamentos populares, en aquellos años tan difíciles, estaban muy alejados de suscribir acciones para una plaza de toros.

Una de las acciones de
la sociedad promotora de la plaza
Se intentó edificar en el solar de la antigua plaza de madera instalada en 1862, en los terrenos de La Hoyanca del Campo del Sur, pero una obra de esa envergadura requería un relleno y acondicionamiento del solar que encarecía el proyecto.

También se intentó en los terrenos del Tiro Nacional, junto a La Caleta y el Castillo de Santa Catalina, conocidos popularmente como el Campo de las Balas. Pero el Ramo Militar no lo permitió. 

Por fin se buscó un solar en Extramuros agrupando tres parcelas de 917, 1.100 y 8.092 metros cuadrados y comenzaron las obras con un proyecto del arquitecto José María Plaja. Pero pronto afloraron las dificultades económicas y jurídicas ya que además de acabarse el dinero, empleado mayoritariamente en la compra de solares, proyecto y arranque de las obras, una línea eléctrica de alta tensión y sus derechos de servidumbre fueron un nuevo obstáculo. 

Fue con la intervención del alcalde Ramón de Carranza cuando el proyecto fue verdaderamente de la ciudad porque resolvió los problemas con la asunción por el Ayuntamiento de la iniciativa. Para ello requirió a los accionistas que entregaran las acciones al municipio con el compromiso de que el Consistorio pondría la última piedra en un año. Diario de Cádiz intervino decisivamente en inclinar la balanza en favor del Ayuntamiento, frente a la desconfianza de los accionistas, que al perder la inversión, iban a perder también la posibilidad de ganancias en la explotación del coso.
Un saluda del Alcalde Carranza agradeciendo
 la cesión de acciones a un accionista

El editor Federico Joly fue el primero en ceder sus acciones al Ayuntamiento, y movió a la opinión pública en favor de la idea municipal. En Diario de Cádiz, como medida de estímulo, se publicaban cada día la lista de accionistas que entregaban sus títulos a la Ciudad. Las protestas de los capitalistas reticentes encontraron eco en otros periódicos locales.

El 30 de septiembre de 1927 fue la fecha tope para entrega de los valores y el 14 del mismo mes se autorizó por el Ayuntamiento Pleno la compra de los terrenos. Ese es otro error que se mantiene hoy, cuando se dice que el pueblo de Cádiz regaló las acciones y los terrenos al Ayuntamiento y que éste debe saldar esa deuda dando al pueblo de Cádiz una multiusos. Se trata de una reivindicación de una supuesta obligación moral tan en el aire como el "oro de Moscú". Cuando los terrenos fueron de verdad del pueblo de Cádiz fue cuando estos estuvieron por fin en manos municipales.

Pero no acabaron las dificultades con la empresa constructora, la Sociedad General de Cementos Portland de Sestao, aunque estas se fueron solventando y por fin en junio de 1928 se reiniciaron las obras. Todavía hubo que superar otra dificultad ya que la constructora anunció que no podría terminar las obras en el Corpus de 1929.Carranza cortó por lo sano y ejecutó las obras por cuenta municipal.
Las obras de la plaza a finales de los años veinte del siglo pasado
El coso estuvo en condiciones de uso en la fecha prevista, hace hoy 75 años. En verano se terminarían las obras de iluminación y ornamentación de azulejería y al año siguiente las de urbanización y viales, que requirieron que el Consistorio adquiriera tres nuevas parcelas.  Tras ese primer festejo se numeró la plaza ya que antes se había aforado por el aparejador municipal Accame, pero todavía no estaba numerada.

El cartel inaugural en 1929
Pero la plaza murió joven. Al finalizar el festejo del 17 de julio de 1967, el arquitecto municipal Sánchez Esteve -que también era técnico municipal cuando se construyó el coso- informó al alcalde -el hijo de quien tan decididamente había impulsado el edificio- del estado ruinoso de una parte de la plaza y del peligro que corrían los espectadores. Había ruina estructural en uno de los cascos de la plaza próximos al mar. 

Se acordó el cierre del coso nombrándose una comisión en la que además de Sánchez Esteve se integraron el ingeniero Moreno Torres y dos arquitectos designados por su colegio profesional, para estudiar el problema. En el estudio se concluyó que la plaza debía permanecer cerrada hasta su reparación, que proyectaron y presupuestaron en 12.572.000 pesetas. 

Esta vez el Ayuntamiento no acordó acometer las obras. José León de Carranza propuso al Pleno que se buscara una empresa taurina que, a cambio de realizar las obras, disfrutara la plaza por un número de años suficiente para rentabilizar la inversión. El año 1967 terminó con ese acuerdo y en 1968 en Cádiz solamente hubo festejos taurinos en el Manicomio Provincial de Santa Catalina. Mientras la plaza languidecía como depósito de chatarra, perrera municipal, y terreno para autoescuela. 

Canorea y Barrilaro, adjudicatarios de la rehabilitación de la
plaza de oros, visitando el coso junto con el alcalde Jerónimo
Almagro y el concejal Vicente del Moral 
Se cumplió el acuerdo municipal y aparecieron dos empresarios a los que se le adjudicó la plaza. El 4 de junio de 1969 Canorea y Barrilaro  ofrecieron una copa de inauguración de las obras y prometieron que se terminarían en 1970 y que en agosto de ese año habría una feria. Aquello no pasó de una copa inaugural. Según confesó en su día Barrilaro  al autor de esta información, los empresarios contaban con la influencia de Luis Coronel de Palma para obtener un préstamo ventajoso justificado en el turismo, a través de una entidad financiera pública para acometer las obras, gestión que falló. 

Aún así en febrero de 1970 anunciaron que Construcciones Corsan iba a iniciar pronto las obras. Tampoco se iniciaron. Trataron de meter a Manuel Benítez "El Cordobés" en la empresa, pero el de Palma del Río no quiso. Mientras tanto seis familias con un total de 37 personas sin hogar, vivían en la plaza, alojados en la Capilla y la Enfermería. La plaza se deterioraba cada vez más y el presupuesto de reparación era cada vez mayor. El Ayuntamiento estaba endeudado por el Puente e, inexplicablemente, aunque Canorea y Barrilaro  agotaron todos los plazos para cumplir su acuerdo, nunca se les rescindió el contrato. 

Nada más resultar elegido alcalde Emilio Beltrami, en febrero de 1976, se reunió con los empresarios de la plaza de Cádiz, Diodoro Canorea y Enrique Barrilaro. No hubo conclusiones ni acuerdo. En el horizonte se abría un litigio ya que los adjudicatarios del coso, tácitamente prorrogados por un Ayuntamiento que nunca rescindió su contrato a pesar de los incumplimientos, hicieron fuerza frente al nuevo alcalde. 

Los trabajos de demolición de la plaza
En mayo se acordó dar a los empresarios cinco millones de pesetas y la devolución de la fianza de 500.000 pesetas que en su día aportaron, para dejar la plaza libre. La plaza sería demolida y, según el Plan General de Ordenación Urbana, convertida en zona verde. Así se acordó en Pleno el 13 de mayo de 1976. El equipo de Gobierno, deseoso de resolver lo que era un lunar en el panorama urbano, aprobó la urgencia de la demolición del coso y la adjudicación de las obras el 14 de agosto. A finales de ese mes ya la plaza estaba medio derribada y el 1 de septiembre solamente quedaba en pie la puerta grande. El 26 de octubre el solar estaba raso. 

En 1978 los vecinos denunciaron que de que los 8.000 metros del solar previsto para parque iba a quedar muy poco. La plaza en 1929 tenía 10.100 metros cuadrados. Se hicieron pisos y parte del solar fue plaza pública (Mayo de 2004)


2 comentarios:

  1. Que puedo decir.... Gran articulo. Me estoy informando un poco acerca de las plazas de la hoyanca y he acabado afortunadamente en tu blog. Una información espléndida. Gracias

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  2. Que puedo decir. Buscando información acerca de las plazas de la hoyanca he acabado en tu blog. Una información excelente, de la que he podido disfrutar de manera muy amena, gracias

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